pres

logo

logo

viernes, 30 de octubre de 2015

Las Nàyades de Salamati y La Rivera de La Genestosa (Lageosa).

Se conoce como náyade la ninfa de la mitología grecolatina que vivía en los ríos, lagos y fuentes. Es por ello que las distintas especies de moluscos de agua dulce que habitan nuestro entorno reciben este nombre.

Son varios los post publicados en distintos blogs sobre la vinculación del dios Salamati a Jálama, algunos de exquisita redacción y documentación. A grandes rasgos Salamati es conocido como “el dios de las fuentes”. Y es aquí, en lo más alto de Jálama en una de sus fuentes donde encontramos la primera de estas pequeñas náyades, en sí la más pequeña, (Pisidium sp.).


Esta minúscula almeja apenas supera los 5mm. de diámetro, pero lo sorprendente no es su tamaño sino como han llegado hasta aquí, donde lo más probable es que gracias a las aves alcancen lugares tan recónditos como el pico de Jálama o la Laguna del Gutre en el circo de Cinco Lagunas (Gredos), a más de 2300m. de altitud.


Pero si hay un lugar extremadamente adecuado para las náyades es la Rivera de La Genestosa (Lageosa).


La Rivera es uno de los numerosos ríos que nace en Portugal y penetran en España como afluentes de otros de mayor entidad, en este caso del Águeda. Nace la Ribeira da Lageosa en el límite de la Serra do Homen de Pedra y Serra das Mesas, a 1050m. de altitud. En sus escasos 12,5km. cruza los pueblos de Aldeia do Obispo y Lageosa da Raia, accediendo a España por La Genestosa. Sorprende su bosque de galería constituido mayoritariamente por robles, fresnos, chopos, olmos, sauces y espinos, no apareciendo prácticamente el aliso. La Rivera se rompe y retuerce entre bloques de granito; de escasos remansos y paisajes preciosos. Varias ruinas de molino se adivinan en su ribera, tanto del lado luso como español, salpicadas de flora protegida como Paradisea lusitanica, Succisella carvalhoana, etc.


Pero sin duda donde La Rivera adquiere mayor importancia es respecto a las especies de moluscos que habitan en sus aguas.

Entre estas, la primera y más extendida es una especie de pequeña lapa que se fija a las piedras del fondo del media acuático Ancylus fluviatilis.


Pertenecen al grupo de los bivalvos las otras dos especies. El Mejillón de Río (Unio sp.) es el más numeroso, no resultando fácil ya encontrarlo.


La última de estas especies es la que mayor importancia tiene dado su grado de conservación, catalogada en Peligro de Extinción. La Madreperla de Río (Margaretifera margaretifera) es uno de los bivalvos de mayor tamaño de la Península Ibérica, fácil de ver en condiciones normales, estaba presente en la dieta de muchos asentamientos íberos como atestiguan diversas excavaciones arqueológicas donde ha podido citarse, y hoy en día difícil de encontrar en el medio natural.

¿Porqué este declive? La bilogía de estos bivalvos es sumamente compleja. Son resistentes a cierto grado de contaminación, actúan como filtradores de agua, devolviendo a la misma su calidad antes de haber sido “contaminada” orgánicamente. Es su reproducción la que se ve truncada y comprometida. Estas especies año tras año suspenden miles de sus larvas en las aguas de la Rivera de la Genestosa con el fin de alojarse en las branquias de los peces, en especial de las truchas. Pretenden así alcanzar sus primeros estadios de vida y remontar las aguas donde su ciclo vital volvería a repetirse. Sin peces no pueden alcanzar el objetivo de la reproducción, es por ello que los escasos ejemplares que encontramos hoy por hoy en la Rivera son extremadamente longevos, algunos alcanzan casi los 20 años. Sin filtradores como las náyades la calidad de las aguas baja y los peces desaparecen en condiciones límite, un ciclo roto difícil de reparar.


La Rivera es un río torrencial con fuertes fluctuaciones, marcada estivación y grandes avenidas.


Desde las huertas de Aldeia do Obispo acompaña y cruza la Ribeira da Lageosa su precioso casco urbano, a las magníficas vegas que le dan su nombre en Lageosa da Raia y a su vuelta salvaje en la Rivera de La Genestosa. Este río es uno de los paisajes de mayor belleza de todo el Rebollar, Sierra de Gata y Serra das Mesas. Alguien a quien respetar y conocer, yo he aprendido mucho de ella, espero seguir haciéndolo.






martes, 20 de octubre de 2015

“En la era de arriba hay un brazo de mar y palos de navío”. Bonales.

Desde niño conozco esa historia, “en la era de arriba hay un brazo de mar y palos de navío”. Mi abuela me la había contado muchas veces y nunca le había dado mayor importancia, cuentos de viejos..

Por lo general si preguntas por una turbera en los pueblos de Sierra de Gata, en El Rebollar o en Serra das Mesas (turfeira en Portugal), pocos serán los que puedan indicarte donde encontrar una. Esto no significa que no las haya o que no sean conocidas, sino que hemos escogido el topónimo erróneo, aquí son bonales y en ocasiones pantanos. Ya Antonio Llorente Maldonado de Guevara en su libro Toponimia salmantina define bonal en gran parte del antiguo dominio leones como “terreno pantanoso, sitio que se encharca con facilidad o manantial a flor de tierra”.


Mi abuela en su juventud fue vecina del barrio “Las Eras”. Todo el barrio lavaba la ropa en el regato de la era de arriba, dice mi abuela que en invierno aprovechaban este regato porque el agua era “muy calentita”.

Este regato recibía por escorrentía el agua del bonal del cementerio “si pisabas brotaba el agua”. Parte del agua de este bonal se derivó directamente a la red de saneamiento con lo que no aflora hasta llegar a la depuradora de Navasfrías, agua limpia que desborda agua sucia. Hoy en día no queda mayor vestigio del regato de la era que el “velao”* que se adivina del mismo y que a su vez vierte en la presa del Linar.

Fue hace ocho años cuando descubrí la importancia científica de estos ecosistemas. Las turberas son grandes bancos de datos almacenados y conservados a lo largo del tiempo, de los años, de los milenios. En ellas queda recogida cronológicamente y de forma secuencial la información necesaria a través del polen que nos permite determinar que especies habitaron nuestro entorno ya sean arbóreas, arbustivas o pratenses, así como en qué época ocurrió esto. Pero no solo el polen queda conservado en este tipo de hábitat protegido. Estos medios ácidos y fríos facilitan la conservación de maderas e incluso árboles completos (megafósiles), permitiéndonos saber mediante la datación por radiocarbono (carbono-14) cuantos años hace que estos formaron parte de nuestros bosques. La rama de la ciencia que estudia estos datos se conoce como paleobotánica.

En la actualidad son varios e interesantes los estudios paleobotánicos llevados a cabo y publicados sobre el Sistema Central. Pero tan solo uno se ha realizado en El Rebollar-Sierra de Gata. Este estudio acometido en una pequeña turbera de El Payo, entre otros datos de sumo interés apunta que El Rebollar-Sierra de Gata pudo funcionar como refugio para el castaño durante la última glaciación, registrándose datos anteriores para esta especie a la ocupación romana. Evolución de la vegetación en Sierra de Gata .



Pero no solo en las turberas podemos encontrar restos fósiles de interés, sino que estos ecosistemas resultan de vital importancia para gran número de especies botánicas que no podrían encontrar otro medio adecuado para sobrevivir. La especialización de estas plantas hacia este tipo de medio es el resultado de miles de años de selección cuando este tipo de hábitat eran frecuentes, originados principalmente por un clima más frío y húmedo. Así estas poblaciones han quedado aisladas en “pequeñas islas” donde aun encuentran el medio adecuado para cerrar sus ciclos vitales. Resulta curioso averiguar que algunas de estas especies son incluso pequeñas plantas carnívoras que se alimentan de insectos, tal es el caso de Drosera rotundifolia. Otras como Ajuga pyramidalis solo ha sido citada en una localidad en Salamanca, curiosamente en la vertiente salmantina de Sierra de Gata.


Las turberas están por lo tanto protegidas por la legislación vigente en materia de medio ambiente. En España a través de la Ley LEY 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, donde se consideran como Hábitat Prioritario para su conservación, recibiendo la misma consideración mediante la Dirctiva 92/43/CEE del Consejo de 21 de mayo de 1992 relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres, de aplicación en España y Portugal. Algunas de estas turberas no ocupan mayor superficie que unos pocos metros cuadrados, siendo como ya se ha argumentado en párrafos anteriores de suma importancia desde el punto de vista científico. Pese a su protección, resulta sorprendente comprobar como aquellas administraciones y empleados públicos que tienen la obligación de velar por estos ecosistemas son los primeros en degradarlos e incluso destruirlos. Tal fue el caso de la conocida como Laguna del Pizarro en Navasfrías, drenada en 2004 por orden de la Sección Territorial I de Montes de la provincia de Salamanca para construir un pilón contraincendios, aniquilando una de las pocas poblaciones conocidas de Drosera rotundifolia de todo el entorno. O más recientemente durante el incendio de Acebo, cuando la Sección Territorial citada abrió una pista preventiva en la vertiente salmantina de Jálama y arrasó con una turbera en la que se encontraba una de las pocas poblaciones de Erica tetralix conocidas en Sierra de Gata; este brutal incendio se quedó muy lejos de alcanzar este punto, de haber llegado al mismo, la turbera no habría ardido y mucho menos se habría perdido esta especie, ¿están ciertos empleados públicos a la altura de los puestos que desempeñan?


En las turberas del Rebollar, Sierra de Gata y Serra das Mesas se han encontrado restos de pinos, robles, abedules, etc. Restos que esperamos pronto formen parte de un estudio que aporte nuevos datos sobre los bosques en el sector occidental del Sistema Central en el pasado. Estos estudios realizados en otros puntos como Sierra de Gredos, han arrojado datos que superan los 6000 años de antigüedad.

Es algo inherente al ser humano buscar explicación a todo cuanto le rodea en su medio. En la actualidad sabemos que una turbera es un afloramiento y encharcamiento de agua que origina un medio atípico en el que encontramos especies únicas y restos de gran interés científico, como maderas o restos de árboles. Es nuestra responsabilidad proteger y conservar estos ecosistemas y su historia, sin la cual datos tan interesantes como el bonal de la era de Navasfrías se habrían perdido para siempre.

“En la era de arriba hay un brazo de mar y palos de navío”

*Velao: Drenaje y soterramiento de un afloramiento de agua hasta un punto deseado.

jueves, 8 de octubre de 2015

La Fuente Cavá o Fuente Cabuera. Mal llamada Fuente de las Pilas.

La Fuente Cavá o Fuente Cabuera es una de las fuentes emblemáticas de Sierra de Gata, comparable a la Fuente El Crespo o la Fuente La Nave.


Esta fuente es una de las maravillas de la arquitectura popular serragatina, puro arte pastoril que por suerte se conserva hasta nuestros días sin necesidad de retoque alguno, esos retoques de cemento y adicción a la "cartelitis" a la que nos han venido acostumbrando los políticos y técnicos de nuestras administraciones durante los últimos años. Es como si el turismo rural estuviese dedicado para ineptos, cuando en la mayoría de los casos todo aquel que se aventura a realizar una actividad de senderismo o montaña viene por lo general perfectamente documentado, equipado y precisamente lo que recela es de las chapuzas mencionadas.

Pero la Fuente Cavá si sufrió un intento de retoque "grave". Resultó que cierto personaje de los de voz grave e influencia decidió cambiarle el nombre. De forma escandalosa y en una Web ya desaparecida se colgó una fotografía de la Fuente Cavá en la que se leía "Fuente de las Pilas". Obviamente para aquel que en su vida había pasado por allí y que necesita un cartelón que le dijese lo que veía estaba claro, una fuente con once pilas en lo alto de la sierra no podía llamarse de otra forma.

Pero más ridículo resultó que una vez llamada la atención por semejante error, dicho personaje no solo se reafirmó en su decisión sino que hizo una defensa acérrima de lo injustificable.

Cualquier cabrero, pastor de otro tipo de ganado o vecino con cierto conocimiento de las cuerdas de Gata sabe perfectamente cual es la Fuente Cavá.

Pero es que perder los topónimos propios de nuestra tierra significa perder parte de nuestra historia. En este sentido resultan casi del todo desconocidos los datos de las Líneas de Límites Municipales establecidas por la Ley de Deslindes de 27 de marzo de 1900. En concreto y para el caso que nos ocupa el deslinde entre los Términos Municipales de Eljas y Navasfrías, acometido en el año 1902 y repetido en el año 1939 por Orden del Ministerio de Gobernación de fecha de 10 de marzo de 1932 y ratificada por el Tribunal Supremo, historia apasionante que bien merece una entrada aparte, todo llegará. 



Pues bien, tanto en el deslinde del año 1932 como en el del año 1939 ya se cita la Fuente Cavá. Así en el primer deslinde se describe el segundo mojón como sigue "Se reconoció como tal una roca de forma irregular cuyas mayores dimensiones son (..) Se haya en el sitio denominado "Fuente Cabuera" en el terreno de pastos propiedad de las sociedades de vecinos cuyos nombres se ignoran, una de Eljas y otra de Navasfrías respectivamente. (..)" Siendo en el deslinde del año 1939 en el que se cita el nombre de Fuente Cavá. La redacción del segundo mojón en este deslinde es la siguiente, "Se reconoció como tal una roca nativa de forma irregular cuyas mayores dimensiones son (..) se haya en el sitio denominado Fuente Cabuera o "Fuente Cavada" en terrenos de pasto que pertenecen, en la actualidad, la parte del término de Navafrías al monte público número veintinueve del Catálogo de Salamanca y la parte de Eljas al monte público número once del Catálogo de Cáceres."

Esta es la breve historia de la Fuente Cavá o Fuente Cabuera, mal llamada Fuente de las Pilas. Uno de los lugares donde sentarse, mojar un trozo de pan y dejar que las nubes pasen.


lunes, 5 de octubre de 2015

Qué es El Rebollar, Sierra de Gata y Serra das Mesas.

Son varias las defensas que se han hecho sobre los límites socioculturales del Rebollar, Sierra de Gata o Serra das Mesas.

A grandes rasgos El Rebollar se correspondería geográficamente con la vertiente Norte de Sierra de Gata y los pueblos que ocupan dicho enclave, desde sus cuerdas a los pies de Sierra, perteneciendo esta comarca  administrativamente al territorio de Castilla y León.

Sierra de Gata es la penúltima estribación montañosa del Sistema Central antes de perderse este en Portugal y resurgir de nuevo con fuerza en Serra da Estrela. No obstante solo recibe el nombre de Sierra de Gata la comarca al Sur de sus picos, correspondiéndose prácticamente en su totalidad con territorio extremeño.

Y por concluir, Serra das Mesas es el nombre que recibe Sierra de Gata cuando penetra en Portugal o, Sierra de Gata es el nombre que recibe Serra das Mesas cuando penetra en España, todo es cuestión de perspectiva.

Así y no sin cierta razón, más de una voz se ha alzado sobre dichos límites, no por los definidos anteriormente. ¿Puede Moraleja considerase como Sierra de Gata?, obviamente no. ¿Pueden incluirse en El Rebollar Martiago, Sahugo y Agallas?, no seré yo quien se pronuncie. Y ¿puede Serra das Mesas permanecer eternamente eclipsada por Serra da Malcata?, no pues hace años que Malcata perdió todo valor ambiental bajo un mar de pinos de repoblación.

Este blog parte con la ilusión de mostrar, poner en valor y proteger los valores ambientales, naturales y paisajísticos comunes e indivisibles del Rebollar, Sierra de Gata y Serra das Mesas, indistintamente de sus límites administrativos o territoriales.

Este espacio pues no está dedicado específicamente a las relaciones socioculturales del ser humano en este lugar, sino que aborda dichas cuestiones entre otras muchas como algo inherente al animal que somos, a su flora, a su fauna, a su hábitat y en definitiva a nuestra casa.

Resulta imposible definir el límite ambiental de un ser vivo, tenga dos, cuatro o más patas, raíces o nade. Por eso desde aquí se abordará como un todo El Rebollar/Sierra de Gata/Serra das Mesas y al hombre como un habitante más de este lugar.